La ansiedad es un estado de alta activación, que implica procesos psicológicos y fisiológicos frente a un peligro real o percibido, por ejemplo, ante un examen, o una exposición o la perdida de un trabajo. En este caso, puede tornarse como una herramienta útil para el ser humano, porque nos predispone a accionar rápidamente y a mantener nuestro cuerpo en estado de alerta frente a cualquier estímulo estresante. Este estado es natural, casi todos lo hemos padecido alguna vez.
Ahora bien, para que podamos diferenciar un estado de ansiedad como una herramienta beneficiosa para el ser humano con un trastorno de ansiedad (TA) que se convierte en una psicopatología, debemos tomar en cuenta lo siguiente: cuando la situación de amenaza ya pasó y el estado de ansiedad de una persona se torna crónico en el tiempo, en el suceder de los días y disminuye e impacta negativamente en su calidad de vida en las áreas personal, educativo/o laboral e interaccional, presentando un malestar significativo y teniendo que estar presente al menos durante 6 meses la mayoría de los días, podemos decir que se trata de un trastorno de ansiedad duradero que puede presentarse con síntomas psicológicos que hacen eclosión en el cuerpo, desarrollando síntomas físicos.
Lo síntomas de un trastorno de ansiedad son tan variados que pueden ir desde un estado de tensión crónica, irritabilidad, imposibilidad para relajarse, pensamientos rumiantes la mayor parte del día, catastróficos, llanto fácil, miedo, fatiga e insomnio, perdida de interés, altibajos anímicos, dificultad de concentración y falta de memoria, entre los mas frecuentes.
También pueden presentarse síntomas del área cardiovascular como taquicardia, palpitaciones; del área gastrointestinal como dispepsia, nauseas, vómitos, colon irritable; o del área respiratoria: dificultad para respirar; además del área muscular como tensión muscular, opresión pretoracica, entre tantos otros.
Entre los trastorno de ansiedad (TA) podemos encontrar el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), agorafobia, trastornos de angustia o fobias especificas, también pueden ser Los TA debido a otra enfermedad medica o inducidos por sustancias. Cuando existen síntomas claramente significativos, pero no encajan en estas categorías pueden se TA especificados o no especificados.
A medida que lees este articulo puedes sentirte identificado con algunos o la mayoría de los síntomas y te preguntaras como puedes mejorar ese estado de malestar tan desgastante para ti; déjame decirte una buena noticia, y es que puedes salir de ese estado disfuncional para lograr un estado de equilibrio psicofísico, ese bienestar tan deseado.
El primer paso para mejorar es identificar lo que te sucede y tomar pautas a la acción; hoy en día existen muchas herramientas útiles, como la meditación, el ejercicio físico, la visualización, el ajustar tu nutrición al recibir alimentos ricos en la recaptación de serotonina, la terapia bioenergética que puede ayudarte a equilibrar los desajustes hormonales a nivel celular.
La terapia cognitiva conductual también puede ayudarte a identificar los patrones de pensamientos y conductas disfuncionales que te predisponen a ese estado de ansiedad crónico para programar tu mente hacia patrones más funcionales y asertivos para ti, desde un enfoque científico.
El solo hecho de tomarte el tiempo para hacer una introspección interna y analizar lo que te sucede y como puedes sentirte pleno y en bienestar ya hará una mejora significativa en ti. Vivir en armonía y equilibrio interno es la clave para sentirte gratificado y disfrutar de esta maravillosa vida.
Natalia Carolina Barboza
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