Es de verdad fascinante lo que sucede cuando decides permitir que tu luz interior brille. Empiezas a ver el mundo de una forma diferente; “con una nueva luz” si me permites la redundancia. Hay nuevos sabores, nuevos olores, nuevas sensaciones, nuevas perspectivas de las dimensiones que puede tener tu vida.
Sin embargo, y es aquí donde muchos retroceden, al iluminar lo que te rodea también vas a descubrir cosas que no funcionan, que dañan tu vida, que te alejan de lo que quieres ser. Viejos paradigmas aprendidos con el paso de los años, y que los veías como cotidianos y necesarios pierden sentido al ser vistos como realmente son; pero, extrañamente, la fuerza de la costumbre te mantendrá atado a ese aparente estado de “normalidad”.
Yo te aseguro sin temor a equivocarme que la mejor decisión es permitir a esa luz brillar con más fuerza para que te permita ver con mayor claridad; empezar a ordenar y acomodar cada cosa en su lugar, tirar lo que no te sirve, lo que te ha dañado tantos años; de todos modos, aunque apagues la luz, nunca podrás olvidar lo que ya viste… lo que pudiste haber sido. Podrás seguir adelante pero en lo más profundo de tu ser latirá esa inquietud de lo que en realidad quieres y buscas para ti y tu vida.
La mejor noticia que te puedo dar es que puedes descubrir tu ser de luz a partir de este momento. Las palabras aquí escritas buscan ser una chispa que encienda lo que siempre ha habitado dentro de ti. Atrévete y deja atrás el miedo de transformarte en lo que realmente quieres ser. No es difícil, es sólo cuestión de tomar la decisión y empezar a hacerlo; dar el primer paso hacia una transformación en tu mejor versión, donde tus pensamientos, sentimientos y acciones estén en equilibrio, alineados a lo que realmente quieres y sueñas.
Alfredo Sánchez Ochoa
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